El Carnaval nace y muere en el sur de la provincia

La fiesta en Entre Ríos comienza con el carnaval. Ese sello distintivo que tienen los veranos en la provincia y que moviliza ciudades enteras por esencia, tradición y cultura. Llegó la hora de “salir” como dicen los integrantes de las comparsas luego de todo un año de laburo: desde la elección del tema hasta la puesta en escena de una estructura que involucra a miles de personas, demanda millones de pesos de inversión y alberga a miles de turistas.

En la provincia hay para todos los gustos: en las dos costas y en el centro. Cada uno con su impronta: opulentos, populares, divertidos y competitivos. En enero y febrero se respira carnaval.

Gualeguaychú, El Carnaval del País; y Gualeguay con los Corsos, pican en punta y se han convertido en un espectáculo que capta la atención de turistas extranjeros.

Como indica la historia el primer o segundo fin de semana de enero salen a la pista y terminan el último sábado de febrero o el primero de marzo en algunos casos. Este año tendrán dos bonus track con los feriados del 23 y 24. Sin lugar a dudas son los dos más importantes.

En la semana previa no se habla de otra cosa. En Gualeguaychú, el Corsódromo tiene capacidad para 35.000 personas y este año espera por Ara Yeví, O’Bahía y Papelitos. No estará La Aplanadora de Central Entrerriano Marí Marí, que junto con Si-Si en Gualeguay, aparecen como las comparsas más emblemáticas. Un desfile majestuoso con 12 carrozas, más de 1.000 integrantes y 70.000 plumas como indica la presentación de su portada digital.

A 90 kilómetros, el otro “Gran Coliseo”, ubicado en la vieja estación del Ferrocarril. Con capacidad para 20.000 espectadores se espera por una multitud todas las noches para bailar “bajo la espuma” cada sábado de verano. Un evento de diversión plena. “Acá está la fiesta”, como dicen chicaneando a los vecinos.

En estas ciudades resulta difícil abstraerse del espectáculo porque el que no está involucrado directamente con alguna comparsa, ya sea porque baila, sale en la batucada, maquilla, pinta, construye, diseña, arma, conduce, lo vive desde afuera. Y esa pasión se transfiere de generación en generación, por eso la cantera de pasistas y músicos es inagotable.

Porque en Gualeguaychú o en Gualeguay, sos de un club y de una comparsa, inevitablemente. Ahí entra en juego la competencia y la expectativa y el interrogante de saber: “¿Cómo van a salir este año?” Porque si bien los redoblantes, repiques y bombos retumban durante buena parte del día por los ensayos permanentes y, cada tanto se puede observar los bailes en los galpones o en alguna calle de las ciudades cuando el staff es numeroso; nadie, a ciencia cierta, sabe con exactitud cómo se mostrará la comparsa hasta el día de la salida. Ni los directores pueden imaginarla hasta que no la ven extendida entre los 500 metros que separan los extremos.

Cada una con su música, un himno pegadizo, que “estalla” en cada apertura. “Oh...Karumbaí, no hago otra cosa que pensar en ti”, reza la letra de una de las más históricas de Gualeguay. Una comparsa que llegó para competir con Si-Si, que este año cumple 41 años y fue durante la década del 80, el clásico de Macumba “La Octava Maravilla para verla bailar en el carnaval de Gualeguay”. Los nostálgicos aún la recuerdan a pesar de su inexistencia desde fines de los 80.

Y la ansiedad por saber en qué orden salen también es un tema de la semana.

Porque no es lo mismo abrir que cerrar. El ánimo de la gente, por más predispuesta, es distinto. Y a veces varía de acuerdo a lo que se genera desde adentro. Cuando uno presume que la primera comparsa te toma “frío” el despliegue y la vibra te “sacude de movida” y deja la vara alta y el compromiso para la que vendrá. Este sábado comienza el show en el sur, donde nace y muere el Carnaval de la provincia. Luego se irán sumando otros carnavales tradicionales como Victoria, Hasenkamp, Concordia, Santa Elena, Concepción del Uruguay, Federación, San José, Colón. La Paz, Chajarí, Federación, Federal, San José, Feliciano, Macía, Nogoyá, Villa Domínguez, Paraná, Villaguay, Tala, Crespo y Caseros.



Autor:Sebastián Gálligo

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